Hoy es el día de mi 39 cumpleaños.
Sí, tal día como hoy a las 21:00 me dio por nacer. Las expectativas no eran muy buenas, el médico dijo a mi padre que no contara con ninguna de las dos. Pero de tal palo tal astilla y aquí estamos las dos, en pie, caminando, riendo y cantando. Porque he aprendido que en la vida no hay que esperar que nadie venga a darte motivos para sonreír y que da igual si llueve, porque siempre escampa.
Es por eso que hoy, utilizo esta ventanita para contaros el secreto de mi felicidad, porque, es verdad, tiene truco.
Para ser feliz hay que dar gracias
Si quieres ser feliz tienes que alejarte de la continua queja, del lenguaje negativo. Ya os he hablado anteriormente de la Programación Neurolingüística, del ego y de la ley del espejo. Es muy importante tratarse bien para sentirse bien. Por eso siempre aconsejo que, cuando estés en medio de tus miserias, las agradezcas. Hasta una caída te ayuda a aprender dónde está el peligro y cómo lo puedes sortear la próxima vez. Unas veces se gana y las otras, siempre se aprende.
Quizás estás pensando, sí claro, estoy en medio del barro, sól@, en la más absoluta oscuridad y me voy a poner a dar gracias por este dolor. No se trata de eso, si quieres llorar, llora, si necesitas gritar, grita, pero no pierdas la perspectiva y la consciencia de que estás a salvo y sigues viv@. La presión, ya sea social, económica o emocional, provoca estrés, que es una quimera del cerebro, haciéndote sentir que estas en un peligro físico, que no tiene porqué ser real. Si sostienes esa presión demasiado tiempo, se convierte en costumbre y el cerebro está alerta, cuando tiene que estar en calma.
Por eso es tan necesario ejercitar ese cerebro, para que aprenda que no siempre tiene que estar en guardia. Hay que indagar y encontrar esas pequeñas cosas que nos hacen felices, para hacernos conscientes de nuestra propia suerte. Esto se consigue con el ejercicio de dar gracias, es más fácil de lo que parece, siéntate con algo para escribir o hazlo mentalmente, pero piensa en las cosas que hay en tu vida que te hacen sonreír y porqué agradeces que estén ahí.
Empiezo yo:
Si algo he de agradecer en esta vida, es ser hija de quien soy y venir de donde vengo. Si no fuera por eso, no hubiera sido capaz de romperme y volverme a montar una y otra vez. Caerse y soplarse una sol@ las heridas cuando una se raspa las rodillas, es marca de la casa. Doy gracias por mi familia.
Doy gracias por cada error, porque está demostrado que el cerebro no aprende absolutamente nada cuando acierta y a mí me gusta aprender.
También las doy por estar viva, porque podría no estarlo y perderme cada beso, cada abrazo y cada sonrisa de la gente que amo.
Agradezco ese trabajo que me robó la voz un tiempo, pero me dio fuerza, me dio oportunidades y me dio un regalo que solo comprenderá la gente que estaba presente.
Pero sobre todo, doy gracias por la oportunidad que cada día me brinda de seguir ayudando a los demás con mis palabras. A riesgo de parecer arrogante, mis palabras han servido a mucha gente para hacer pequeños o grandes cambios en su vida y eso me llena. Soy así de egoísta, que ayudo por el puro placer de una sonrisa o ese pensamiento de que ahora ellos viven mejor. Pensamientos, que son mis tesoros, son esos pequeños detalles en los que pienso yo cuando estoy tirada en el barro, a oscuras y asustada. Doy gracias por ser capaz de expresar lo que otros necesitan para mejorar, no saben que ellos también me mejoran a mí.
Hazte feliz
Toda la vida nos la pasamos esperando a tener un trabajo perfecto, una casa bonita, una familia, un entorno perfecto en donde ser felices. Y esperando se nos va la vida, entre agobios, entre presiones, entre lamentos. Esperando a ese amor, esperando ese momento de felicidad perfecto. Y en medio de tanto anhelo, se nos olvida siempre disfrutar de lo que sí tenemos enfrente.
Yo me he pasado muchos, pero muchos años esperando que los demás me quisieran. He renunciado a mí misma en infinidad de ocasiones para complacer a personas, que no merecían esa importancia, esa atención, esa renuncia. Porque quien te quiere de verdad, no te deja renunciar a nada, te da alas, para que vueles, tú, por tus medios, sin ayuda. Te mereces ser libre, sentir tu propio poder, la posibilidad de elegir compartirlo o no.
Para ser feliz hay que probar cosas, explorar nuevos caminos, no quedarte nunca en lugares oscuros, solamente porque resulten aparentemente cómodos. La vida no es estática, la tranquilidad, no siempre es felicidad, la muerte del espíritu acostumbra a disfrazarse de calma. Cuando sientas que tu vida se vuelve rutina, siéntate y sonríe, si no eres capaz, piensa en lo que anda mal y cambia de rumbo.
El auténtico secreto de la felicidad es ese, si quieres ser feliz SÉ FELIZ. No esperes a nada, no esperes a nadie, llora a mares y grita de rabia, suelta lo que te aprieta, levántate y ama, sentir es vivir y vivir es motivo de felicidad. Sobre todo, cuando vayas a amar, ámate a ti, que eres quien te va a acompañar toda la vida.
Hoy, 8 de mayo de 2021 soy feliz, como no había sido en mucho tiempo.